domingo, 5 de octubre de 2014

MI PRIMERA SESIÓN.



 Me gustaría decir que mi primera sesión fue idílica y perfecta, pero no, la mía, fue una primera sesión real, con algunos contratiempos y con situaciones que no imaginé que me sucederían.

  Para empezar fue muy particular debido a la distancia entre mi Amo -Tutor y yo, él en España y yo en México, por lo que decidimos fuera virtual, por medio de la cámara de nuestras computadoras, pasaron varios meses desde que su dominio empezó sobre mí para poder llevarla a cabo, cuando no se cancelaba por una cosa se cancelaba por otra, en fin, que ése día tan anhelado por mí, llegó, después de hacer mis compras necesarias para llevarla a cabo y de organizar muy bien mi día tenía ya todo dispuesto.

  Mientras caminaba a la escuela de mi hijo para dejarlo en ella, sentía a cada paso esa mezcla perfecta de nervios y excitación, había fantaseado muchas veces con las sesiones, pero nunca con la primera, pasaban muchas cosas por mi cabeza e intentaba poner atención a la plática con mi hijo y que esos pensamientos no me distrajeran. En fin, lo dejé en la escuela y me dirigí al hotel, jamás en mi vida había estado en un hotel para otra cosa que no fuera hospedarme por motivos de vacaciones, así que también fue una experiencia nueva, pedí una villa, para mí sería más íntimo y no me sentiría tan expuesta como en una habitación de hotel, me llevaron a ella y cerraron la puerta de la cochera, empecé por cambiarme de ropa, de jeans a minifalda, de blusa a corset, me puse los ligueros con las medias y no creí que me costara tanto trabajo sujetarlas y me puso a pensar en cómo me las quitaría después sin verme tan torpe, de zapatos bajos a zapatillas con un tacón inmenso que tanto me gustan, al abrocharlos, no sé si fueron los nervios rompí la correa con los que debía sujetarlos y pensé que eso no estaba bien, prendí la computadora y me di cuenta que había olvidado pedir la contraseña para la conexión a internet, así que quise salir a la recepción para pedirla pero no sabía cómo salir pues la puerta estaba cerrada y no encontré la forma de abrirla, quise comunicarme desde la habitación y no acertaba con la extensión, así que llamé desde el celular y la señorita muy amable me dio la extensión de la recepción para comunicarme desde la habitación, me dio la contraseña y seguí con mis preparativos.

  Conforme el tiempo pasaba yo me ponía más nerviosa, cada vez faltaba menos tiempo para entregarme a mi Amo por primera vez y pensaba en lo difícil que sería ponerme de rodillas, bajar la mirada, endulzar mi tono de voz, pues en mi vida diaria soy muchas cosas pero no sumisa, el reloj marcó la hora establecida entre ambos para conectarnos, por la señal de Skype leí que ya estaba conectado.
-        
             AMO, estoy lista- escribí.
-         
       Yo también- contestó él.
-          
       Ok, guíeme por favor Amo.
-          
       Es la sumisa la que llama al Amo.
-          
       Discúlpeme Amo.- le dije y marqué.

Al contestarme y oír su voz todo empezó a cambiar, mis nervios aumentaban pero el escucharlo me empezaba a calmar...
-          
       Buenas tardes Amo.
-          
       Buenos días Natalia.

  Entonces me empezó por explicar algunas situaciones básicas en las sesiones, la sumisa siempre está atenta al Amo, es ella quien sirve, quien atiende, quien acerca, está para servir, para complacer, todo lo contrario a la vida diaria, ¿quiere agua? Yo la sirvo, ¿se sentará? Ofrezco el asiento, estoy por él y para él, nada más. La sumisa espera siempre al Amo, nunca al revés, la posición de espera es de rodillas, con las piernas separadas, la cabeza baja, las manos sobre las piernas con las palmas hacia arriba y abiertas, mi Amo se preocupa por mí y me pide que coloque una toalla en el piso y adopte la posición que me ha dicho. El momento empezaba, me sentía tan segura que al caminar por la toalla ya había olvidado que una de mis zapatillas no estaba bien sujeta y al caminar lo recordé, pero no quería que mi Amo me viera torpe, así que procuré caminar despacio y provocadoramente, regresé e hice lo que me ordenó, estar de rodillas fue el primero de mis obstáculos que libré, y al dirigirme a él siempre sería con un : Sí mi Amo, dulce y tranquilo, me hizo decirlo varias veces hasta que logré el tono deseado, ya de rodillas en posición de espera me llevó poco a poco a interiorizarme más en mi lugar, en ser sumisa, su voz me fue guiando y calmando poco a poco hasta que logré estar en total calma, lo siguiente fue más complicado:
-        
             Ponte de pie y desnúdate.

Me levanté, coloqué la computadora en otro lugar para que pudiera observarme mejor, procuré no verlo para no ponerme más nerviosa, me habría encantado poder ver su rostro al verme tan obediente. 

Me empecé a quitar la ropa, poco a poco, le hablaba para estar segura que seguía conmigo, y en un momento la conexión se perdió. Me dio un poco de nervios pues estaba tan concentrada en lo mío que me perdí por un momento, volví a marcar y se restableció la comunicación………. no voy a relatar mucho más, porque para mí, lo que siguió fue tan íntimo, tan personal, que deseo conservarlo para mí, que baste con decir que ofrendé mi dolor, le entregué mi obediencia, me dejé llevar por él poco a poco, por momentos tan sutil y en otros tantos tan intenso.

 Diré que la sesión no se terminó por cámara sino por teléfono porque la señal no lo permitió, que yo quedé extasiada, feliz y con una sonrisa en mi rostro que dudo mucho alguien pueda poner otra igual, que a pesar de la distancia sentí a mi Amo como lo que es, mi dueño, mi Señor, mi Amo, que cada vez que me decía toma el látigo y úsalo era para mí como recibir un beso de sus labios, ¿dolor? Lo necesario para una masoquista como yo, las pinzas, el látigo, el chocolate, su voz, mi cuerpo, mi obediencia, su Dominio, mmmmmmm, excelente combinación que me hacen desearlo otra vez.

  No se necesita más que de un buen Amo y ser obediente para ser llevada a esos límites de placer tan esperados, se necesita de mucho, para que aún con esa distancia quiera pedir, rogar y suplicar por otra sesión.

  Sé que jamás tendré otra igual y que cada una me marcará de distinta manera, pero yo quería compartirles mi experiencia porque no sólo me ha parecido hermosa, sino hasta graciosa por todos los contratiempos que tuvimos que pasar, y con ellos sólo reafirmé lo que ya sabía: que le importo a mi Amo, que es decidido, que es dedicado, porque de lo contrario ¿me habría llamado desde España sólo por sesionar conmigo? ¿Habría terminado la sesión después de tantas veces que perdimos la conexión de internet? Yo sé que tal vez otro lo hubiera dejado así, pero no mi Amo y eso se lo agradezco infinitamente.

  Ojalá que si tú que lees ahora esto, te decides a dejarte llevar, tu primera sesión sea igual y si se puede mejor que la mía, es sólo cuestión de saber elegir a un buen Amo.

  Si decides emprender el camino, mucha suerte y ojalá te valla tan bien como a mí hasta el momento.

  Y ojalá también me compartas ese momento que es tan especial.

  Con cariño.
Natalia.



3 comentarios:

ioooo dijo...

Hola soy nueva en esto del BDSM he estado leyendo, mucho tengo muchas dudas, no conozco mucha gente eN el medio , me gustaría charlar con alguien que me de una mano al respecto , de antemano gracias

Unknown dijo...

Natalia q deliciosa Sesión contaste, se que eres privilegiada al esar R con Tu AMO Te felicito, Tu lo o q Te guardas creó alcanzar a imaginarlo, nada es igual siempre es diferente y más placentero, un Abrazo. Y aprovechó y saludo a "ioooo" me gustaría hablar contigo y ayudarte con la mano q necesitas, un Abrazo, un Amigo.

Anónimo dijo...

Aunque este es un mundo placentero, excitante y muy especial es importante tener cuidado a la hora de elegir amo y al entrar en esto... Saludos